Se ubica en el interior de la Provincia de Santa Fe, más precisamente en el centro del departamento San Justo, del cual es cabecera y dentro de la traza de la Ruta Nacional Nº 11, la cual cruza de norte a sur, siendo la principal vía de comunicación terrestre para conectarse con los principales centros poblados, por ejemplo al sur: Santa Fe (100 Km), Rosario (288 km), Buenos Aires (550 km). También sirve de acceso al Mercosur, comunicándonos por ej. Con Asunción del Paraguay (700 km).
El censo poblacional del año 2010 arrojó la cifra de 22.521 habitantes en la Ciudad de San Justo. Tomando la variación relativa de 3,3 puntos entre los censos de 2001 y 2010, se estima que nuestra ciudad tiene alrededor de 24.000 habitantes. Fuente: www.santafe.gov.ar
Primera fundación de la ciudad
A mediados del siglo XIX, el gobierno junto a la banca y el comercio británicos, organizan la Nación. En efecto, finalizadas las luchas internas, comienza la llamada Organización Nacional.
Se avanza en la conquista de los territorios ocupados por los aborígenes. Se amplía la línea de fronteras, se crea una red de caminos y mensajerías, y se fomenta la inmigración. Así, en no más de 50 años, se fundan cientos de poblaciones. Cuyo objetivo es hacer producir las inmensas extensiones de tierra, aún inexplotadas, del país.
En el caso de San Justo, hacia 1860 Don Mariano Cabal se muestra interesado en colonizar esta región. Y abrir el camino al Chaco con fines colonizadores. Así, en 1867, firma un convenio con el gobierno provincial. Por el cual se compromete a fundar dos colonias en el paraje conocido como “Rincón de Avecucho”. Ubicado sobre la margen norte del río Salado, y lindante con los campos de Esquina Grande al sur, y Estancia Grande al este. El campo de Cabal consta de 5 leguas de frente por 4 leguas de fondo.
La primera fundación de nuestra ciudad ocurre el día 6 de Mayo de 1868, durante la Presidencia de Sarmiento. Se emplazó frente al “Fortín La Soledad” (Río Salado de por medio), y lo llamaron “Rincón de Avechuco”. Constaba de 27 familias formadas por 150 personas. No se conservan planos ni datos topográficos de éste primer asentamiento.
Hacia 1869, la colonia ya está afincada. Con 250 personas repartidas en 52 concesiones de campos de 20 ha c/u.
Alrededor de la administración, hay 40 ranchos que protege un foso. Y más allá, las zonas de los cultivos. Se siembra trigo, tabaco, papas, zapallos, maíz, lino, maní, entre otras especies.
Un camino comunica con la ciudad de Santa Fe, pasando por Colonia La Emilia, hasta el Fortín Belgrano (20 km al Oeste de la actual Colonia Silva). El cual tiene una extensión de 156 km. Es el denominado “Camino de la costa del Salado”.
El 1871 estos campos son abandonados, debido a las continuas incursiones de los aborígenes y la ruina económica de Cabal. Éste entrega los mismos al Banco de Londres.
Se produce así un despoblamiento y abandono de la primitiva colonia. Sus viviendas son destruídas por los aborígenes, desapareciendo para siempre sus rastros.
Segunda fundación de la ciudad
Luego de un período de abandono, las tierras son adquiridas por el Dr. Simón de Iriondo. Quien retoma la idea de colonizarlas.
En 1882, Cabal organiza la división de los campos. Y confecciona, junto al agrimensor Jonás Larguía, el plano definitivo de la ciudad. El mismo, consta de 48 manzanas organizadas alrededor de una plaza central. Repitiendo un esquema típico de la colonización española. Estas manzanas están rodeadas de una calle ancha. Y más allá, una zona de cultivos. A partir de la plaza, se comienzan a abrir paulatinamente las calles. Y a establecerse las primeras viviendas. Junto a la Comandancia y el Juzgado de Paz, ambos situados frente a la plaza.
El traslado del asentamiento anterior (Rincón de Avecucho) al emplazamiento actual, se produjo por estar previsto el cruce de dos ferrocarriles: el Santa Fe-Resistencia y el Central Norte Argentino.
El primer inmigrante llegado al nuevo asentamiento fue Ludovico Alassia y su familia. Como los aborígenes (Abipones, Mocovíes, Tobas, Pilagaes, pertenecientes al grupo lingüístico Guaycurú) eran una amenaza constante, este señor solicitó el envío de una guarnición. En 1883 se asentó en San Justo un cuerpo de 50 soldados del Regimiento 6º de Caballería, procedentes de Paraná a las ordenes de Francisco Romero Manzanares. El cual requirió y obtuvo un cañón procedente de Fortín Belgrano (actualmente en Plaza Gral. San Martín).
La Sra. Dominga Alassia de Taricco (hija del primer poblador de San Justo), comentaba que en el año 1882 el Señor Ludovico Alassia y su Señora Teresa Bertola fueron recibidos en el Puerto de Buenos Aires por el Doctor Simón de Iriondo, que les ofreció unos cuadrados de la tierra que les pertenecía, para cultivar y colonizar. El Señor Alassia se trasladó con su familia en barco hasta Santa Fe y desde allí, hasta estas tierras en diligencia. Al arribar aquí solo había una casita que hacía las veces de administración de la colonia. En el relato “Los Pobladores del segundo asentamiento” Constantino Taricco relata lo siguiente: El Señor Sola, antiguo poblador de San Justo, contaba que los “indios” habían arrasado tres veces a San Justo. De tiempo en tiempo venían en malones de 30 a 40 “indios” y destruían todo.
A los hombres los mataban, a las mujeres no las tocaban y a los niños se los llevaban para criarlos. Como las casas, ranchos de adobe y techos de paja, eran muy vulnerables, los colonos se refugiaban en cuevas debajo de la tierra que ellos preparaban colocando en su interior cueros de ovejas y cueros vacunos, tapando la boca de entrada con espinillos. El fuego se encendía frotando piedras (sacadas del Río Salado) sobre paja fina. El Señor Sola llevaba correspondencia desde San Justo hasta Santa Fe a caballo. Saliendo al alba de Santa Fe, llegaba a San Justo al anochecer, alimentado apenas con un charqui.
Crecimiento de la ciudad
Hacia 1884, el aluvión inmigratorio cobra un nuevo auge. Construyéndose en pocos años, numerosos comercios y viviendas dentro del radio urbano. Esta situación se estabiliza algún tiempo. Hasta que en 1888, aparece un elemento que será fundamental para el crecimiento y desarrollo de la ciudad: el ferrocarril.
En efecto, para esa fecha, se tiende la línea ferroviaria que une Santa Fe – San Justo. Denominada Ferrocarril Santa Fe. Se inaugura la estación en 1889, ubicándose al Este de la ciudad.
Se produce así, un rápido crecimiento de la localidad. Ubicándose a ambos lados del ferrocarril numerosos comercios y viviendas. Se levantan hoteles, fondas, un molino, una curtiembre, etc.
En 1907, se instala al Norte la ciudad, la segunda línea férrea. Denominada Central Norte. Con ella se origina un fenómeno de similares características al anterior, es decir, la ciudad crece en torno a la estación.
Cabe destacar, que ambas estaciones cuentan con galpones para acopio de granos, corrales para el ganado, viviendas para el personal, etc. Con la presencia de los ferrocarriles, el primitivo núcleo de 48 manzanas se amplía notablemente.
El reinado del ferrocarril como medio de transporte, persiste varias décadas. Hasta que en 1930, irrumpe un nuevo elemento que gravitará enormemente en el crecimiento de la ciudad: la Ruta Nacional Nº 11.
En 1927, la Provincia promulga la Ley de Pavimentación de Caminos, mediante la cual se prevé la ejecución de una vasta red caminera.
En 1928, se comienza el trazado de la ruta que unirá la ciudad de Santa Fe con San Justo. Inaugurándose la misma en el año 1933. La ruta, procedente de la capital provincial, ingresa a la ciudad por el extremo sur. Prolongándose por la hoy denominada Avenida Iriondo, hasta ambas estaciones del ferrocarril. Su posterior desvío en 1940, produce un crecimiento de la ciudad hacia el Oeste. Construyéndose nuevos barrios a ambos lados de su traza.
La ruta, junto a ambas vías del ferrocarril, encierran y definen el denominado “centro” de la ciudad.
En el año 1959, por medio del decreto Nº 10.390, San Justo es declarada ciudad. Conforme al Art. 131 de la Constitución Provincial, y a los Arts. 1 y 4 de la Ley Pcial. Nº 2.756.
Las posteriores mejoras realizadas en la localidad, contribuyen a afianzar a San Justo, como un centro regional de importancia. Por ejemplo, en la década del 60 se ejecuta el primer plan de pavimentación y se inaugura la usina eléctrica. A la par que se radican varias industrias en la zona sur de la ciudad. En los 70, se construyen los desagües pluviales de la ciudad y se ejecuta la red de agua potable. En la década del 80, comienza la construcción de barios estatales de viviendas (Fonavi). En los 90, se inicia la ejecución de la red cloacal y el Parque Industrial. Y el siglo XXI, encuentra a San Justo en plena expansión, con un crecimiento sostenido de su trama urbana. En estos últimos años el mejoramiento de la actividad agrícola, ha impulsado notablemente la economía de la ciudad.
Plano original de la ciudad
El ordenamiento de San Justo, como toda ciudad latinoamericana, deriva del cuadriculado implantado por las Leyes de Indias.
Estas leyes, que databan de los años 1520, rigieron la fundación de las ciudades durante la conquista de América. Era un conjunto de leyes, ordenanzas y cédulas emanadas del rey Carlos V. Las Leyes de Indias establecían que las ciudades debían organizarse en manzanas, separadas entre sí por calles.
Este modelo de ciudad, cuadriculado y homogéneo, es típico de las ciudades argentinas, y especialmente de las ciudades pampeanas. En particular, las ciudades originadas en la colonización agrícola, como San Justo y Esperanza, tienen un trazado cuadriculado.
Se observa que estas ciudades se organizan en un esquema concéntrico, a partir de una plaza central. Y con manzanas cuadradas de aproximadamente 100 a 120 metros de lado. Fuera del área de manzanas, se ubica la zona de quintas y áreas destinadas al cultivo.
Nótese que el plano de la ciudad es anterior a su trazado. Es decir, en estas ciudades primero se dibujaba el plano, y luego se trazaba la ciudad. A diferencia, por ejemplo, de las ciudades europeas. Donde la ciudad se iba formando a medida que se agregaban las construcciones.
También se observa que en el plano original, el tamaño de la ciudad es superior a las necesidades de la población del momento. Es decir, se prevén muchas manzanas, pero en realidad se van marcando de a poco. Y se llenan de construcciones muy lentamente, en un proceso que dura varios años.
En esta ciudad, se le otorga una gran importancia al espacio público. Esto se observa en el hecho de que la plaza es el centro de la ciudad. Y frente a ella se levantan los edificios institucionales más importantes (comandancia, comuna, juzgado, iglesia, etc.).
Cabe acotar, que la plaza es el único espacio abierto destinado a actividades públicas. Como por ejemplo, la conmemoración de fiestas patrias y religiosas.
A partir de este núcleo original de plaza, instituciones y primeras viviendas, la ciudad comenzará a crecer y desarrollarse.
Fortalezas españolas en el actual Departamento San Justo (Siglo XVIII)
Fortines en el actual Departamento San Justo (Siglo XIX)
Poblaciones en el actual Departamento San Justo (año 1868)