Entre las causas, CAME enumeró “la significativa depreciación de la moneda, la escalada de la inflación posterior a las elecciones y los cambios en las regulaciones de importación, que impidieron realizar compras durante algunas semanas” como las más destacadas.
Esto creó “un entorno marcado por la elevada incertidumbre y la disminución del consumo, factores que obstaculizaron los niveles de producción en el conjunto del sector manufacturero”, señaló la entidad. Agregó que el 53,4% de las empresas reportó dificultades para reponer stocks, especialmente materias primas e insumos.
“Además, se experimentaron períodos sin cotizaciones, con tasas elevadas de escasez de insumos, lo que llevó a que numerosas empresas suspendieran operaciones durante algunos días o adelantaran las vacaciones de su personal”, indicó el informe.
Si bien las pymes industriales operaron con el 73,1% de su capacidad instalada, casi en los mismos niveles de noviembre (73,3%), la caída obedeció a “la salida del proceso productivo de algunas maquinarias sin repuestos disponibles, y al achicamiento de unidades de negocios frente a la expectativa de un futuro recesivo”.
Por sectores, la peor performance de diciembre correspondió al rubro “Metálicos, maquinarias, equipos y material de transporte”, con una baja anual de 35,7% en su producción a precios constantes, seguida por “Maderas y muebles” con un retroceso del 34,4%.
En el acumulado del año, el mejor desempeño sectorial estuvo en “Textil e Indumentaria”, con un alza de 3,3% frente al período enero-diciembre de 2022, mientras que el peor fue para el rubro “Papel e impresiones”, con una caída del 16,7%.
Con información de C5N