No barramos lo que la naturaleza sabe hacer. En otoño, las hojas caen. Y no, no es suciedad, es parte de un proceso natural que debemos entender y respetar.
En vez de barrerlas compulsivamente, aprendamos a convivir con ellas. Desde el Gobierno de la Ciudad recolectamos las hojas y las llevamos al vivero municipal, donde se transforman en compost, tierra fértil y futuro verde para plazas, huertas y plantas.
Una ciudad sostenible también se construye aceptando los tiempos de la naturaleza.
Con información de ambientegcsj