Atento lector de la historia, y también divulgador del pasado, el senador de la provincia de Santa Fe y convencional por San Justo Rodrigo Borla hablaba con periodistas sobre la necesidad del consenso para el texto constitucional en discusión, cuando consideró que era necesario acudir al pasado para observar con más profundidad qué pasa hoy.
Borla preside la Comisión de Poder Ejecutivo y Poder Legislativo, es el titular de la bancada radical en el Senado de Santa Fe y encuentra muchas veces en sus lecturas sobre la historia argentina y la de Santa Fe una guía sobre cómo actuar. También paralelismos y diferencias.
En este caso, explica que muchas veces el paso del tiempo le ha dado un lustre a los hechos históricos que en rigor fueron de otro modo. Está claro que hoy con críticas o con elogios nadie discute que fue legítima la reforma de la Constitución de 1962 y sin embargo, como se ocupa aquí de señalar Borla no tuvo el “necesario consenso” que hoy se exige a la Convención en marcha.
Agudo, Borla compara aquella última vez en que se tocó la Carta Magna santafesina para actualizarla con lo mismo que se hace hoy y, es cierto, las condiciones actuales para que amplios sectores ideológicos y partidarios avalen los cambios a llevar adelante son mucho mayores.
“Tengamos en cuenta que esta es una Convención Reformadora que tiene un antecedente que fue la Constituyente de 1962. Y que poco se habla de eso, sobre qué pasó realmente en el ‘62”, explicó Borla a los cronistas.
Recordó que se hablaba en la comisión que preside del problema actual de la “mayoría automática” en la Cámara de Diputados como uno de los asuntos a corregir en el nuevo texto, para que impere un sistema proporcional más democrático y ya no que haya 28 diputados para la fuerza que gane esa elección y que las restantes 22 bancas se repartan entre los perdedores.
Y entonces explicó de dónde proviene esa originalidad de la Constitución que se reforma, que no existe en otras provincias. “En el 62 hubo una mayoría automática pero de convencionales: Don Carlos Sylvestre Begnis logró que por ley se defina que de los 60 convencionales 36 lo sean por la mayoría y 24 restantes se repartían por sistema D’Hondt”, indicó.
Sin apuntes a mano, recordó: “El 16 de enero de 1962 se presentó el Reglamento de la Convención y se votó por unanimidad el reglamento en general y con disidencias en particular pero eso se logró en aquel año al otro día de iniciadas las discusiones, el 17. Ahora se votó del mismo modo, pero en el mismo día lo
Además de señalar que a mediados del siglo pasado fueron solo dos las mujeres convencionales y hoy son 23 sobre 69, expuso el grado de división existente: “el 22 de enero del ’62 hubo una discusión muy importante de los convencionales respecto de qué constitución era la que se estaba reformando”, que era como decir qué constitución debía regir.
Eran tiempos en que la proscripción del peronismo era un factor presente en casi toda discusión. Y así, para el bloque del Partido Laborista, que eran justicialistas “se debía poner en discusión la Constitución de 1949 de la Provincia, que había sido luego abrogada”.
Así, “esa discusión del 22 de enero del 62 fue qué Constitución se estaba por reformar, el PDP mantenía la Constitución del ’21 (de inspiración progresista, que también fue abolida) y entonces la Unión Cívica Radical Intransigente fue muy clara que se votó: se iba a modificar la Constitución de 1900, modificada antes en el 1907”. En síntesis, antes de discutir cómo cambiar hubo que hacerlo sobre qué iba a modificarse entre tres opciones. Era ciertamente una grieta bastante mayor a la actual, en la que a los actores políticos y partidarios se le agregan golpes militares.
“Pero, para no hacer este cuento tan largo, en resumen entre el 6 y el 14 de abril se resolvió en sesiones plenarias la Convención Constituyente que fue una reforma integral y mucho más extensa que la actual, tuvo que trabajar sobre muchos más artículos. El 6 fue la sesión número dos, el 9 la tres y luego se sesionó 10, 11, 12 y 13. El 14 de abril se juró. ¿Pero cómo se votó? El Partido Laborista que era el peronismo se retiró y abandonó la Convención, el Partido de la Unión Cívica Radical del Pueblo (que seríamos ahora nosotros) votamos en contra de la Constitución de 1962; el Partido Demócrata Progresista votó por su propio proyecto de constitución; el Partido Demócrata Cristiano hizo lo mismo con el suyo; y el Partido del Progreso y el Trabajo que era la forma en que participó el Partido Comunista que estaba proscripto también votó su propio texto”.
En definitiva, “la Constitución del ‘62, que fue muy importante y que nos ha dado un texto constitucional muy relevante y que elogiamos porque enfrentó condiciones muy difíciles, se votó con solo 29 convencionales sobre 60”, obviamente todos del oficialismo del Radicalismo Intransigente (que había hecho gobernador al Dr. Sylvestre Begnis, como a Arturo Frondizi presidente en un acuerdo con el peronismo proscripto).
“Como vemos, la Convención actual tiene mucho más consenso y tiempo para resolver su labor que la del ’62, que debió enfrentar condiciones políticas muchísimo más difíciles”, agregó. “Más aún, la Convención de 1962 comenzó con un presidente, Machado, y terminó con otro, Chiaraviglio”.
– ¿Qué pasó al momento de jurar la Constitución?
– Es que se juró con gran apuro, contrarreloj. Se juró el 14 de abril de 1962 pero para el 29 de marzo ya había caído Frondizi (por un golpe de Estado que puso al entonces presidente del Senado José María Guido al frente del Poder Ejecutivo que por presiones castrenses dictó innumerables intervenciones a las provincias, entre ellas a Santa Fe el 23 de abril de ese año).
– Eran años muy difíciles.
– Sí, tanto que aquí se habían adelantado las elecciones en tres provincias y una de ellas fue Santa Fe. El gobernador electo fue Luis Cándido Carballo, peronista, ex intendente de Rosario, había ganado las elecciones de 1961 pero no lo dejaron asumir en medio de esa crisis del 62. (Otro elemento que explica el retiro de los convencionales peronistas). Y la anécdota es que en el apuro para la jura de la Constitución hubo que ir a buscar al Dr. Sylvestre Begnis que estaba operando aquí en Santa Fe, en el Hospital Iturraspe, se quitó su guardapolvos de cirujano se puso el traje y se produjo la jura.
– Todo de apuro, y ahí aparece El Litoral en esta historia.
– Sí, hubo la urgencia de imprimir la nueva Constitución. Había que jurar sobre algo impreso, un texto formal, (no se podía jurar una versión taquigráfica o unas hojas tipiadas en una máquina de escribir). Uno de los convencionales de apellido Bachini (José Antonio) hizo lo necesario para que el diario El Litoral lo imprima y lo publique. Y ese convencional contrajo matrimonio con Lilia Libertad Caputto que era hija de Salvador Caputto, fundador de ese diario, y que había sido convencional en el 21. La primera edición, la primera publicación de la Constitución fue el domingo 15 de abril de 1962, los santafesinos leyeron la nueva Constitución en la edición de El Litoral y eso evitó que se sostenga la reforma. Había temor que el gobierno militar tome la imprenta y así evite la reforma. La segunda impresión fue en la Imprenta Oficial el 18 de abril y a los cuatro días es derrocado el gobernador Sylvestre Begnis y el militar que lo sucede anula las elecciones de 1961 (ganadas por Carballo) pero no las de convencionales y por eso tenemos esta Constitución de 1962 que no fue derogada por el gobierno militar. (1)
(1) Es ese el contexto histórico, narrado con pasión por Borla, el que explica las originalidades en la Constitución vigente en Santa Fe, que ahora van a corregirse siguiendo el modelo nacional, como la poco democrática “mayoría automática” en Diputados para asegurar la gobernabilidad al partido de gobierno y los fueros especiales que impiden incluso imputar a un legislador provincial santafesino sin autorización de su cámara.
Con información de El Litoral