El piloto había salido de Asunción de Paraguay en una avioneta Piper Cherokee. Debía aterrizar en un camino rural angosto entre las localidades de Naré y Marcelino Escalada, del departamento San Justo, pero el viento le jugó una mala pasada y un ala chocó contra un alambrado cuando la avioneta tocó el piso de tierra. La aeronave debía descargar la droga en esa zona y luego remontar vuelo de retorno hacia Paraguay, pero la colisión alteró todo.
Unos minutos después apareció un auto azul y el piloto y la droga desaparecieron. Miembros de la TOE y de la Agencia de Investigaciones se dirigían por la ruta 11 hacia esa zona. Al no contar la policía con un helicóptero en condiciones operativas, tuvieron que hacerlo por tierra. Encontraron la avioneta y rastros de sangre en la cabina. Pero nada más. No había rastros de marihuana o cocaína y el piloto se había esfumado.
Fueron horas frenéticas para los policías que seguían el trayecto de la aeronave. En un principio se sospechó que podía bajar en el sur de la provincia, en Venado Tuerto, luego en Helvecia, y después se comprobó que protagonizó un aterrizaje accidentado en el departamento San Justo.
El sábado se hizo un operativo cerrojo en la zona y también en Santa Fe, donde se presumía que era el destino de la droga. Debían encontrar al piloto. Ese día a la tarde, los efectivos demoraron a un ciudadano paraguayo-argentino, nacido en Lanús, que se dirigía en un remise –un Chevrolet Corsa Classic– al norte del país. Lo pararon en la ruta 11, a la altura de Gobernador Crespo.
Se sospecha que se dirigía a Resistencia o Corrientes, para luego cruzar a Paraguay. Le había pagado 10.000 pesos al remisero por el viaje y tenía 20.000 pesos en los bolsillos y las llaves de un auto marca Renault. Lo extraño es que el joven de 25 años no llevaba ningún equipaje, se dirigía hacia el norte pero tenía domicilio en Lomas Valentina al 1900, en Lanús, Buenos Aires.
Les llamó la atención a los policías los dos tatuajes que Juan Adrián F. G. tenía en los antebrazos: dos aviones, uno en cada brazo.
El juez Francisco Miño pidió en un principio que lo liberaran, porque en ese momento no aparecía ningún vínculo del joven de 25 años con el incidente de la avioneta. Pero luego el fiscal federal Walter Rodríguez lo imputó por confabulación para el transporte de estupefacientes, un hecho preparatorio para el tráfico de drogas, y quedó detenido.
Juan Adrián F.G. fue imputado, pero se negó a declarar, asesorado por sus abogados que acudieron con rapidez el fin de semana de carnaval: los mismos letrados que ejercen las defensas técnicas de Emanuel “Enano” González, hijastro de Luis Paz, y de su socio el policía, Edgardo “Cabezón” Baigoría, quienes están procesados por dirigir una megaorganización narco con base en Santa Fe y lazos en el exterior y también fueron imputados por el fiscal Walter Rodríguez por lavado de activos.
Se sospecha, según los investigadores, que la carga que iba en el Pipper Cherokee era droga, pero aún no hay certezas de qué tipo, si cocaína o marihuana. Aunque Paraguay, el lugar de donde salió este vuelo es el principal productor de marihuana de Sudamérica, durante los últimos años se transformó en una zona de acopio de cocaína, manejada por organizaciones criminales brasileñas como Primer Comando Capital y Comando Vermelho.
La Policía de Santa Fe y también las fuerzas federales buscan en la ciudad de Santa Fe este cargamento que venía en la avioneta. Se presume, según testimonios de los lugareños, que un auto azul buscó el estupefaciente y sacó al piloto paraguayo argentino de esa zona rural. Fue llevado a la ciudad de Santa Fe y desde allí en un remise pretendió volver a Paraguay por la ruta 11, pero fue detenido a la altura de Gobernador Crespo.
Fuente Aire de Santa Fe