El 9 de septiembre de 2016 en los Juegos Paralímpicos de Río 2016, y luego de 20 años sin que Argentina lograra una medalla de oro, Yanina Martínez ganaba los 100 metros llanos y subía la celeste y blanca a lo más alto del podio.
Lo que había comenzado en el 2006 como un juego, una posibilidad de integración y la opción para mejorar su calidad de vida, llegó a transformarse en la cotidianidad de una de las atletas de alto rendimiento más importantes del mundo.
Yani nació el 24 de diciembre de 1993 en Barrio Belgrano, al oeste de la ciudad de Rosario, y desde el minuto cero de su vida la acompañaron incondicionalmente su mamá Claudia Chávez, y sus hermanos Javier y Tamara. Después llegaron el deporte y su entrenador Martín Arroyo, que por ese entonces era un estudiante de Educación Física realizando prácticas en el Club Echesortu, lo que sigue es conocido y patrimonio de la historia del deporte de nuestro país, pero lo repasamos brevemente
La rosarina, que destella alegría y picardía salvo cuando entra a la pista y se concentra al 100 por 100, compite en la categoría T36 debido una cuadriplejia moderada que le afecta los cuatro miembros, pero no sus ganas de superarse y crecer día a día.
Sus primeras competencias fueron en el marco del programa deportivo provincial desde el 2006, y en 2008 compitió junto a la delegación santafesina en los Juegos Nacionales Evita. Desde entonces, comenzó a cosechar medallas y ser parte de la selección argentina de atletismo adaptado.
«No esperábamos nada, nosotras. No conocíamos lo que eran las federaciones ni el Cenard. Si no lo hubiéramos conocido a Martín, Yani no habría llegado a donde llegó”, explica su mamá Claudia.
*Fuente
claudiagiacconeok

