El crawling peg del 2% había sido el ancla cambiaria de la economía que dirige Luis Caputo durante el primer año de gestión, y uno de los factores que llevó a una baja de la inflación a casi la mitad. Sin embargo, pasó a un factor de inercia frente a una inflación que desaceleró más lento de lo necesario para el programa económico y un dólar fortalecido globalmente. Un menor ritmo de depreciación implicaría números más bajos del IPC.
“El programa genera una inflación inducida de 2,5% mensual. En la medida que repitamos otro mes con inflación en torno al 2,5% mensual, habilita que pasemos a bajar el crawling peg al 1%. Ahí vamos a tener una inflación objetivo de 1,5%. Si eso persiste, estamos en condiciones de ir a una parte vinculada ya a la flotación limpia y si resolvemos el problema de stock del Banco Central y la base monetaria en el formato tradicional coincide con la base monetaria amplia, estamos en condiciones de abrir el cepo”, había expresado el jefe de Estado.
De esta manera, con la baja del crawling peg, el Gobierno demostró que el objetivo continúa siendo la baja de la tasa de inflación, para seguir destrabando las prohibiciones cambiarias, y con ayuda externa, como un nuevo desembolso del Fondo Monetario Internacional (FMI), liberar definitivamente el cepo cambiario, la gran meta de Javier Milei para este 2025.
Con información de C5N