Día Mundial de la Bicicleta: ¿por qué se celebra cada 3 de junio?

Este lunes se celebra el Día Mundial de la Bicicleta como cada 3 de junio desde 2018, cuando la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lo estableció con el objetivo de promover la seguridad de los ciclistas, y también integrar este vehículo en la planificación de medidas sostenibles para la circulación en ciudades como una alternativa a los vehículos motorizados. La bicicleta es un medio que, por su accesibilidad, facilita la inclusión e integración social y su uso promueve el bienestar físico y reducir la contaminación.

La bicicleta nos remite a nuestra niñez, al empoderamiento del niño que pasó a ser grande el día que pudo dejar las rueditas. A los más nostálgicos nos recuerda cuando nuestro padre o nuestra madre nos llevaba a la escuela en bici, cuando un/a tío/a, un/a primo/a, un hermano/a, nos enseñador a mantener el equilibrio. Las primeras bicicleteadas con amigos, y hasta las huidas de la casa en medio de una pelea familiar.

Andar en bicicleta es uno de esos conocimientos universales y que no se olvidan, porque una vez que alguien logró el equilibrio para avanzar sobre ruedas, se transformó en algo innato en su condición de humano libre – e independiente-. Andar en bicicleta es uno de esos conocimientos universales y que no se olvidan, porque una vez que alguien logró el equilibrio para avanzar sobre ruedas, se transformó en algo innato en su condición de humano libre – e independiente-.

La historia de la bicicleta

La historia de la bicicleta refleja una evolución tecnológica relacionada con diferentes épocas y su desarrollo proporcionó al hombre el primer sistema de transporte propulsado por dos ruedas. La historia de la bicicleta refleja una evolución tecnológica relacionada con diferentes épocas y su desarrollo proporcionó al hombre el primer sistema de transporte propulsado por dos ruedas.

Los primeros registros señalan que la primera bicicleta la inventó en 1.817 un hombre llamado Barón Karl Von Drais en Alemania, denominada Laufmaschine, que en alemán significa “máquina andante”, fue patentada en 1818 como el primer transporte dirigible de dos ruedas propulsado por un humano. De ese momento hasta ahora la evolución ha sido enorme.

Entre la década de 1960 y 1970 se dio uno de los momentos decisivos en un tiempo revolucionario. La liberación de la mujer había recorrido un largo camino desde la época victoriana. Fue una década de cambio que también dejó una impresión duradera en la evolución de la bicicleta, y en el período entre mediados de los años 1.960 y 1.975 Estados Unidos vivió uno de los mayores picos de popularidad de la bicicleta desde su invención: empezó a cobrar popularidad como el “boom de la bicicleta”. Con una mayor conciencia de mantenerse en forma, las ventas de bicicletas se duplicaron entre 1960 y 1970, y volvieron a duplicarse entre 1971 y 1975. Este fue el momento en que nació la BMX, cuyo diseño se inspiró en los campeones de motocross y cuya popularidad se extendió por toda la cultura popular. Su aparición en clásicos de culto como ET, Karate Kid y BMX Bandits, junto al estilo libre BMXing, arraigó aún más su popularidad entre los jóvenes.

Hoy en día, muchas ciudades de todo el mundo apoyan activamente el ciclismo y han creado una infraestructura para bicicletas bien definida. Cada vez más personas recurren a las bicicletas como una forma ecológica y barata de moverse por la ciudad, así como una manera divertida de mantenerse en forma. En las principales ciudades de Europa y EE.UU., como Ámsterdam, Nueva York y Londres, los programas para compartir bicicletas han hecho posible que cualquier persona pueda tomar y dejar fácilmente bicicletas en muchos lugares.

La bicicleta y el medio ambiente

Es una de las10 recomendaciones de la ONU para contribuir a limitar el cambio climático. “Desplázate a pie, en bicicleta o en transporte público. Las carreteras del mundo están saturadas de vehículos, la mayoría de los cuales usan diésel o gasolina. Caminar o ir en bicicleta, en lugar de conducir, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero y supone un beneficio para la salud y la forma física. Para distancias más largas, considera viajar en tren o autobús. Y comparte el coche siempre que sea posible. Vivir sin coche puede reducir la huella de carbono hasta en 2 toneladas de CO2 (equivalente) al año en comparación con un estilo de vida en el que se utilice el coche”.

La bicicleta y la salud

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), ofrecer una infraestructura segura para las actividades físicas, como caminar o andar en bicicleta, es el camino para alcanzar una mayor equidad en materia de salud. Para los sectores urbanos más pobres, que no pueden permitirse vehículos propios, ir a pie o en bici se puede convertir en su medio de transporte. Al mismo tiempo pueden reducir el riesgo de contraer enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, ciertos tipos de cáncer, diabetes e incluso la muerte. La mejora del transporte activo (caminar, montar en bicicleta o usar el transporte público) no es por tanto solo una cuestión de salud, puede suponer una mayor equidad y eficacia en cuanto a los costes también.

Con información de Sitio Andino

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