“Tantos abandonados tienen necesidad de nuestra cercanía”, planteó el Papa tras recordar a una persona sin hogar que falleció semanas atrás bajo las columnas de la Plaza San Pedro.
Así, para el Papa, “Jesús abandonado nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados”.
“Para nosotros, discípulos del abandonado, nadie puede ser marginado; nadie puede ser abandonado a su suerte. Porque, recordémoslo, las personas rechazadas y excluidas son íconos vivos de Cristo”, reclamó.
Tras la misa, el Papa invitó a los fieles a “seguir la Semana Santa con fe y amor”, antes de las ceremonias que celebrará siempre el pontífice, con un cardenal que lo asista en el altar, como fue este domingo el argentino Leonardo Sandri.
Con información de C5N