“Este año no puedo hacerlo, pero sí puedo y quiero estar cerca de ustedes. Rezo por ustedes y por sus familias”, agregó, sin embargo, al final de un momento de oración, saludó individualmente a cada uno de los presos en la Rotonda.
La visita, que duró unos 30 minutos, no había sido confirmada previamente por la Santa Sede ya que dependía del estado de salud de Francisco, que se encuentra todavía convaleciente desde que salió del hospital el 23 de marzo, después de 38 días ingresado por una neumonía bilateral.
La visita del Papa a la cárcel, una costumbre
Esta no es la primera vez que el Papa Francisco visita las cárceles de Roma ya que es una tradición que cumple desde el inicio de su pontificado.
En 2013 acudió a la prisión de menores de Casal del Marmo, en 2014 al centro de ancianos y discapacitados de la Fundación don Carlo Gnocchi en el barrio periférico de Casalotti, en 2015 a la cárcel de Rebbibia; en 2016 al centro de refugiados de Castelnuovo di Porto y en 2017 a la prisión de Paliano. En 2018, ya había visitado el centro carcelario de Regina Coeli.
En 2019 volvió a una cárcel, a la del municipio romano de Velletri, en 2022 a la de Civitavecchia, en 2023 regresó a Casal del Marmo y el año pasado al módulo de mujeres de Rebbibia.
Con información de C5N