Pérez señaló que la irrupción de las fuerzas de seguridad en la embajada ocurre en medio de un conflicto armado interno, al cuál la cancillería ecuatoriana se refiere en el comunicado publicado en redes sociales, pero que según los expertos en el tema no tienen relación alguna.
¿Cuál es la consecuencia inmediata? Según el periodista, por el momento son dos: una relacionada a la ruptura de las relaciones internacionales pone en gran detrimento este momento, lo que ocurre con los migrantes ecuatorianos que atraviesan México. Además, de relaciones comerciales, negocios y ciudadanos de México que viven en Ecuador y estaban tramitando su salida.
En cuanto al exvicepresidente Glas, Pérez mencionó que el exmandatario había cumplido más del 40% de su pena y que, en la práctica, había cumplido cinco de los ocho años de su condena. Según Pérez, esto podría haber sido un factor para que el gobierno ecuatoriano, en un momento de baja credibilidad y descenso en las encuestas, buscara un “golpe de efecto” mediático y político para recuperar popularidad de cara al referéndum del próximo 21 de abril.
Por otro lado, explicó que sectores de la derecha en Ecuador expresaron su preocupación por el impacto internacional de este incidente. Comparando la situación con épocas de dictaduras en Argentina y Chile, señalan que nunca antes se había invadido una embajada para arrestar a un preso político.
Durante la invasión de la embajada mexicana generó un gran despliegue militar, que según el periodista no se vio durante el fin de semana pasado por Semana Santa, donde ocurrieron 137 muertes violentas en tres días. Además, de ataques en otras regiones del país: “Para esos acontecimientos no hubo despliegue militar, no hay un solo detenido, no hay protección ciudadana, han muerto decenas de niños por impacto de balas perdidas, por enfrentamientos armados”.
“Por lo tanto se ve desproporcionado, abusivo, una necesidad de imponer cierta norma en medio de un estado de violencia criminal muy alto“, criticó ya que pareciera que el único objetivo del Gobierno actual de Ecuador es “consolidar una hegemonía política una narrativa incluso mediática de que no puede existir ningún adversario político para el gobierno actual como para el anterior, que pueda tener un nivel de presencia política o disputarle el poder político posiblemente en las próximas elecciones”.
Con información de C5N