El rescate de la corbeta ARA Uruguay a la expedición antártica liderada por el explorador sueco Otto Nordenskjöld, de la que participó un único oficial de la Armada Argentina, el alférez José María Sobral, cumple este miércoles 120 años, y recuerda la hazaña lograda por esta fuerza naval y el multitudinario recibimiento “como héroes” que los esperó en el puerto de Buenos Aires, coincidieron en afirmar historiadores antárticos.
El alférez Sobral, además, se convirtió en el primer marino argentino en invernar entre los hielos de la Antártida.
Esta misión fue de vital importancia para el país, ya que marcó el inicio de una etapa fundacional para las tareas en la Antártida Argentina, que continúan como una “onda expansiva” hasta el presente.
A más de un siglo del primer rescate de relevancia internacional en la Antártida, historiadores consultados por Télam reconstruyeron las características de la proeza y detallaron que los exploradores tuvieron que sobrevivir dos años en el continente blanco, atravesando inviernos con temperaturas de 40 grados bajo cero y utilizando la grasa de foca como combustible para calefaccionarse.
“La expedición de rescate es uno de los hechos fundacionales de la Antártida Argentina porque es la que le hace tomar conciencia al Estado de que dispone de los medios materiales y humanos para materializar esa proyección antártica que ya había planificado en el siglo XIX”, afirmó Pablo Fontana, doctor en Historia y coordinador del Área de Ciencias Sociales, Comunicación y Difusión del Instituto Antártico Argentino (IAA).
Eugenio Facchin, capitán de navío que participó en 16 campañas antárticas, explicó a esta agencia que el gran logro del rescate fue “popularizar la Antártida para que todo el mundo quisiera saber cómo era”.
El rescate tuvo lugar el 8 de noviembre de 1903 cuando la corbeta ARA Uruguay, al mando del entonces teniente de navío Julián Irízar, se adentró en la Antártida y avistó una carpa entre los hielos, cerca de la actual base Marambio.
Hasta ese territorio aún inexplorado, había llegado a principios del siglo XX (dos años antes) en el barco “Antarctic” la expedición dirigida por el geólogo sueco Otto Nordenskjöld en un viaje que tenía como objetivo la investigación científica y buscaba ser el primer grupo en resistir un año completo viviendo en tierra firme en el continente blanco.
Antes de emprender la travesía a fines de 1901, hicieron una parada en el puerto de Buenos Aires, donde el entonces presidente Julio Argentino Roca les proporcionó suministros para invernar durante un año, pero a cambio, debían incluir a un oficial de la Armada Argentina.
Resultó elegido el alférez José María Sobral, un entrerriano de 21 años.
“A Sobral la noticia lo sorprende. Le dijeron: ‘en tres días te vas a la Antártida por un año’. Y terminaron siendo dos”, relató a Télam Facchin, quien también es organizador del Encuentro de Historiadores Antárticos Latinoamericanos y veterano de la Guerra de Malvinas.
“El problema fue que era diciembre y tuvo que salir a las corridas a comprar ropa de invierno en Buenos Aires. Lo poco que consiguió no le alcanzó”, agregó Fontana, y contó que después Sobral aprendió a confeccionar sus propias ropas y botas con piel de animales.
Con información de Télam

