Las petroleras tenían acordado con el Gobierno un aumento en los precios de los combustibles para aplicarse en octubre. Pero el ministerio de Energía les consiguió una rebaja en los costos -el petróleo crudo que comprar para refinar- y lo postergaron para noviembre. Ahora, a diez días del cambio de mes, las compañías insisten en su necesidad de obtener una remarcación en los surtidores dentro de los próximos 15 días.
Las petroleras, como YPF, Shell, Axion (ex Esso) argumentan que sus costos están en dólares y que la devaluación les provocó un aumento del 50% en sus erogaciones. Hasta ahora, aplicaron cuatro aumentos, que acumulan un 31% de incremento al público.
Las compañías quieren una recomposición de entre 7% y 8%, pero en el Gobierno evalúan a esa cifra como excesiva. Aunque no lo dicen en público, en las petroleras creen que el Poder Ejecutivo cederá y otorgará algún incremento, pero menor al que piden las empresas.
El Gobierno estaría pensando en lograr que el precio del barril “criollo” retroceda unos dólares más. Al mismo tiempo, avalaría un aumento, pero inferior al pedido por las empresas.