“Los diagnósticos no nos definen. Lo que sí nos define es cómo el mundo decide incluirnos y cómo elegimos nosotros encarar la vida”, dice Wenceslao Moreno, médico recibido en la Universidad Nacional de Rosario que está haciendo la especialidad en Neurología Clínica. Es uno de los pocos profesionales de las ciencias médicas del mundo que obtuvo su título desafiando todos los límites que impone la parálisis cerebral, en su caso, una afectación motriz con la que nació y que le trajo distintas consecuencias, como por ejemplo, movimientos involuntarios.
Desde chiquito, Wenceslao atravesó por tratamientos prolongados, cirugías e internaciones. Las cosas nunca fueron fáciles, ni en su infancia, ni en su adolescencia ni en los primero tiempos de su juventud pero siempre avanzó a fuerza de una resiliencia impactante y de la mano de una familia que pudo acompañarlo a cada paso. Tuvo y tiene amigos de fierro, y desde hace años el amor y la compañía de su esposa, Pilar.
El deporte (taekwondo, jiu jitsu y escalar, que fueron parte de su rehabilitación pero también un motor para no decaer en los momentos más difíciles), la vida al aire libre, los momentos felices compartidos en el colegio y durante su paso por la universidad, lo sostuvieron y lo impulsaron.
Wenchy (como lo llaman), de 29 años, se convirtió en una voz inspiradora en redes sociales (@wenchy_moreno) donde habla sin vueltas sobre los obstáculos ajenos y propios para las personas con trastornos neurológicos. También ha dado charlas en distintos escenarios, contando su recorrido. En el Día de la Parálisis Cerebral compartió con La Capital su historia, su presente y los desafíos que nunca se detienen.
“Una sociedad más inclusiva se construye entre todos. Nadie llega solo”, reflexiona, mientras agradece a su familia, a su mujer, sus amigos y a sus profesores: los que lo apoyaron y los que no, porque estos últimos lo hicieron más fuerte.
Con información de La Capital