Esther Balestrino de Careaga, esa mujer que el propio Francisco reconoce aprendió y le dedica palabras afectuosas, había viajado a Brasil para lograr el exilio de dos de sus hijas, Mabel y Ana María, y que teniendo la posibilidad también de exiliarse no lo hizo y regresó a la Argentina para seguir la lucha por los desaparecidos.
La docente y jefa del joven Bergoglio termina secuestrada en el marco de cinco operativos del grupo de tarea de los marinos de la ESMA, que se llevaron a cabo entre el 8 y 10 de diciembre del ‘77, en el que también fueron secuestradas las Madres Azucena Villaflor y María Ponce; los familiares Angela Aguad, Remo Berardo, Julio Fondevila y Patricia Oviedo; los militantes políticos Horacio Elbert, Raquel Bulit y Daniel Horane y las monjas francesas Leonie Duquet y Alice Domon.
“Los 12 de la Santa Cruz”, como ellos mismos se autodenominaron en la ESMA, donde permanecieron entre 4 y 6 días encerrados, fueron arrojados al mar el 14 de diciembre de 1977.
Cuando Bergoglio era arzobispo y cardenal en Buenos Aires aceptó que los restos de “los 12” fueran enterrados en la iglesia de la Santa Cruz, en Estados Unidos esquina General Urquiza, perteneciente a la congregación de la Pasión, conocidos como pasionistas.
Con información de C5N