Hoy celebramos al Santo Cura Brochero, ‘el sacerdote callejero de la fe’

Cada 16 de marzo la Iglesia Católica celebra al Rev. P. José Gabriel del Rosario Brochero, conocido popularmente como el ‘Cura Brochero’ o el ‘Cura gaucho’.

San José Gabriel del Rosario fue canonizado el 16 de octubre de 2016 por el Papa Francisco, compatriota suyo. Aquel día, este noble y generoso sacerdote cordobés se convirtió en el segundo argentino en ser canonizado después de Héctor Valdivieso Sáenz (San Benito de Jesús F.S.C.).

Al día siguiente de la ceremonia de canonización del P. José Gabriel, el Dicasterio para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos emitió un decreto notificando a la Conferencia Episcopal Argentina (CEA) que el “Cura gaucho” era declarado patrono del clero argentino.

Años después, en 2020, el Ordinario Militar de Argentina, Mons. Santiago Olivera, aprobaba la solicitud para proclamar al Cura Brochero “Patrono de las Fuerzas Armadas”, especialmente de la “Fuerza de Despliegue Rápido” (FDR) del ejército argentino.

“La gracia de Dios es como la lluvia, que a todos moja” (San José Gabriel del Rosario Brochero).

En 2016, poco antes de la canonización de Brochero, los obispos argentinos hicieron un pronunciamiento destacando la sencillez y cercanía del santo, preocupado por llevar a Cristo a los lugares más recónditos. Lo expresado en aquel documento permanece firme en la memoria del pueblo católico argentino.

Brochero -se subraya en el documento- puede ser considerado un modelo de vida para todo cristiano y en especial para los sacerdotes gracias a su “celo misionero, su predicación evangélica y su vida pobre y entregada… [él] es modelo para todos”. Además, la figura de este santo resulta propicia para estos tiempos en los que la Iglesia quiere ponerse a tono con las necesidades de los fieles que están en “las periferias”, tal y como pedía el Papa Francisco. Los obispos argentinos enfatizaban en este pronunciamiento que el Santo Cura Brochero era la “imagen viva de lo que hoy el Papa Francisco nos invita a ser como Iglesia en salida”.

El Santo Cura Brochero y el Papa Francisco

Es claro que, precisamente, el Papa Francisco siente especial admiración por su connacional, tal y como lo evidencia en una misiva del año 2013: “El Cura Brochero tiene la actualidad del Evangelio, es un pionero en salir a las periferias geográficas y existenciales para llevar a todos el amor, la misericordia de Dios… No se quedó en el despacho parroquial, se desgastó sobre la mula y acabó enfermando de lepra, a fuerza de salir a buscar a la gente, como un sacerdote callejero de la fe”, reseñó el Santo Padre.

En la homilía de la ceremonia de canonización en 2016, el Pontífice asimismo destacó que el santo está entre aquellos que “han alcanzado la meta, han tenido un corazón generoso y fiel, gracias a la oración: rezaron con todas sus fuerzas, lucharon y vencieron”.

Sacerdote a lomo de mula, pobre con los pobres

José Gabriel del Rosario Brochero nació el 16 de marzo de 1840, en el paraje Carreta Quemada, cerca de Santa Rosa de Río Primero, en el norte de Córdoba (Argentina). Fue ordenado sacerdote el 4 de noviembre de 1866.

Tras desempeñar su ministerio sacerdotal en la catedral de Córdoba y ser prefecto de estudios del Colegio Seminario Nuestra Señora de Loreto, el 19 de noviembre de 1869 fue elegido vicario del departamento de San Alberto, territorio de unos 10 mil habitantes, y de toda Traslasierra (región geográfica argentina conocida antes como ‘Curato de San Alberto’). El sacerdote se instaló entonces en Villa del Tránsito (2000 m.s.n.m.), localidad que desde 1916 lleva su nombre: Villa Cura Brochero. Para llegar allí viajó tres días entre las montañas a lomo de mula, su fiel compañera de viaje, ‘Malacara’.

Más adelante, San José Gabriel jugó un papel decisivo en la asistencia a la población durante la epidemia de cólera que se desató en Córdoba (1867). “Se le veía correr de enfermo en enfermo, ofreciendo al moribundo el religioso consuelo, recogiendo su última palabra y cubriendo las miserias de sus deudos. Este ha sido uno de los períodos más ejemplares, más peligrosos, más fatigantes y heroicos de su vida”, señaló uno de sus amigos, Ramón J. Cárcano, como parte de uno de los testimonios recogidos para el proceso de canonización.

El cura gaucho murió ciego, contagiado de lepra, por los propios enfermos a los que atendía. El P. Guido Ricotti, actual párroco de Villa Cura Brochero (Córdoba) afirmó: “[El padre] Murió de la forma en que vivió, con mucha humildad y sencillez”.

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