De todas maneras, planteó que una ley de reducción de la jornada laboral debería contemplar dos puntos importantes: “Que se alcance progresivamente ese nuevo horario y que deje un marco importante para la negociación tripartita, dada la heterogeneidad de actividades y la necesidad de adaptar esta duración de la jornada dada las características de cada actividad”.
Luego reconoció que la deuda pendiente de la actual gestión de Gobierno tiene que ver con “el poder adquisitivo de los ingresos”. Además recordó que su ministerio sostuvo “las paritarias libres” y se “redujeron los plazos de homologación” de los acuerdos salariales.
“Lo que más afecta la capacidad adquisitiva de los salarios es el problema inflacionario, que tiene que ver con un desequilibrio macroeconómico”, concluyó.

