El 31 de diciembre Catamarca se derretía bajo 48 grados de sensación térmica. La calles estaban vacías, pero el encargado de un bar céntrico de la capital advirtió que dos nenes pedían dinero en la calle, bajo el sol implacable. Se le ocurrió invitarlos a comer, gesto que fue advertido por un cliente, quien sacó fotos y las subió a Facebook.
“Mucha gente debería aprender. No solo se le dice ídolo a personas si no a gente así”, escribió en un post que ya fue compartido por cientos de personas.