Así lo expresó Alfredo Trionfini (imagen), hermano del asesino de Agustina Imvinkelried. Luego a través de un duro comunicado, el contador le explica a la intendente municipal su renuncia como secretario de la Producción. A pesar de no tener ninguna relación con el hecho, siente que no puede seguir. El texto completo.
Estimada Ana:
A partir de hoy, ratifico la renuncia que le presenté en la oportunidad de haber asumido como secretario de la Producción.
Motivan la presente los hechos de público conocimiento que involucran a un familiar directo en un crimen ocurrido en la ciudad.
Respecto a mi familiar, su cuerpo no fue velado, no pasó por la iglesia antes del sepulcro y no asistió ningún familiar a la sepultura, con lo cual, de acuerdo a mi formación y creencias, tendrá el castigo divino merecido, de parte de mi mamá y mi hermano Alejandro, son las únicas medidas que pudimos tomar para tratar de respetar de alguna manera el dolor y la memoria de la víctima y su familia.
En relación a mi desempeño como secretario, usted sabe que traté de hacerlo con el mayor profesionalismo y transparencia y que le estaré siempre agradecido por la confianza que depositó en mi persona y trayectoria, no obstante, todo lo sucedido me hace declinar el cargo.
Aunque no tenga nada que ver con el hecho en sí, la cercanía familiar, el dolor, la impotencia, la necesidad de acompañar a la víctima y a su familia y mi propia familia, hicieron que tome esta decisión como única forma de aportar a la paz y a la armonía que todos necesitamos para seguir adelante.
La vida dirá si nos volveremos a encontrar para poder concretar el aporte a la sociedad que tantas veces conversamos. De mi parte donde el camino me coloque voy a tratar de hacerlo, no obstante, en este momento creo que es la mejor decisión para todos y por favor le solicito su máxima compresión.
Ana, la aprecio mucho, la considero una mujer valiente que ha desempeñado el cargo de esa manera y que esto le permite llevar la gestión por el mejor camino, le agradezco nuevamente la confianza depositada. Un abrazo.
Alfredo Trionfini