El juez penal, Gustavo Urdiales, ordenó este domingo que la mujer de 26 años, detenida por la causa que investiga una serie de abusos ocurridos en San José del Rincón y que ya cuenta con una pareja en prisión preventiva, quede en libertad. La medida fue dispuesta luego de un acuerdo al que arribaron el fiscal del caso, Matías Broggi (imagen de portada) y la defensa particular de Solang. A., a cargo de Ignacio Alfonso Garrone.
La resolución estableció además que la mujer deberá fijar un domicilio, someterse a una serie de estudios psicológicos y tendrá prohibido tener contacto con la pareja imputada: Walter Sales Rubio (42) y Sheila Arteriza (30). Tampoco podrá hacerlo con ninguna de las 14 víctimas que hasta el momento tiene la investigación.
En cuanto a donde fijará domicilio, la dirección no fue divulgada durante la audiencia para evitar represalias debido a que días atrás, cuando el caso salió a la luz, una pueblada irrumpió en el domicilio en donde residía la pajera imputada e incendió por completo la vivienda ubicada en inmediaciones de la esquina de Puccinelli y Castañeda de la ciudad costera
En cuanto a los cargos por los que fue detenida, el fiscal Broggi le imputó en total tres hechos delictivos que tuvieron como víctima a tres jóvenes (dos varones y una mujer): autoría y coautoría de abuso sexual con acceso carnal y promoción a la corrupción de menores agravado por la participaron otras personas, y también porque ella sabía que esas personas que estaban cometiendo los abusos eran las encargadas de la educación de las víctimas.
Sobre la reciente medida, el fiscal Broggi habló con Aire Digital y explicó que el pedido para que la mujer transite la causa en libertad se dio luego de analizar un dictamen que fue realizado por un psiquiatra y una psicóloga pertenecientes a la Agencia de Investigación Criminal.
“Ellos dieron cuenta de que la misma (por la imputada) había participado en estos hechos, que hoy se le atribuyen, dominada o captada en su voluntad por el imputado principal que era el factor común en todos estos abusos”, explicó.
“Lo que plantean, como una hipótesis inicial, es que los hechos no le son reprochables a ella porque no podía decidir. De hecho, ellos (por los especialistas) lo definen como una abulia, que es una incapacidad de voluntad en relación con la toma de decisión de estos hechos”, agregó el funcionario judicial del área de Violencia de Género, Familiar y Sexual.
Desde la otra vereda del caso, Alfonso Garrone apuntó a que existen elementos para sospechar que su asistida podría convertirse con el devenir de la investigación en una clara víctima y no ser imputada. “Entiendo que la Fiscalía, en razón del principio de objetividad habilitó un conjunto de pericias en el día de ayer. A partir de esta entrevista se determinó inicialmente estas cuestiones que la hacen a ella ser una víctima y colocarla en una relación de vulnerabilidad”, sostuvo el letrado a este medio.
“Ella evidentemente era una víctima. Muchas de estas conductas eran naturalizadas y claramente no podía obrar de otro modo. No solo surge del relato de ella sino también testimonios que dan cuenta de esto y pautas objetivas como su edad”, resaltó.
El abogado concluyó que la situación procesal de su defendida deberá ser mirada con empatía y perspectiva de género. “Ha sido parte de este proceso pero no como infractora sino como víctima”, sentenció Alfonso Garrone.
Fuente Aire de Santa Fe
