Lo último que se supo de el es que no había pasado una noche tranquila. Gran parte de la madrugada se se la pasó entrando y saliendo de su casa ubicada en La Rioja al 4500, donde vivía junto a su madre, en el corazón de barrio Santa Rosa de Lima.
Los movimientos del joven no pasaron desapercibidos para un familiar suyo que, pese a que lo intentó, no pudo enterarse del asunto.
La angustia de Marcos no estaba relacionada con la falta de trabajo. Desde hacía 7 meses el joven se desempeñaba como albañil en una obra en construcción. Era otra cosa.
La noche transcurrió en este contexto hasta que la claridad dio cuenta del nuevo día, momento en que de pronto se escucharon varias detonaciones de arma de fuego.
Jonatan, un vecino que recién había llegado de bailar y se disponía a preparar unos mates, asegura que los disparos fueron tres. Este joven fue quien salió a la calle para ver qué había ocurrido y se encontró con una horrenda escena.
En la ochava de La Rioja y Aguado, caído sobre unos pastos estaba Marcos Suárez, con sangre en su rostro y en el cuerpo.
Atento a la gravedad del episodio, el vecino cargó al herido en un vehículo particular y salió raudamente hasta el hospital José M. Cullen donde lamentablemente ingresó ya sin vida.
Marcos murió luego de recibir dos certeros balazos. Uno que atravezó su brazo izquierdo e impactó en la axila. El restante ingresó por el mentón, lado izquierdo y salió por la oreja derecha.
Poco después llegaron al lugar agentes de la subcomisaría 2da. y personal de la Policía de Investigaciones (PDI), los que comenzaron con sus tareas de rigor.
En este sentido los pesquisas tomaron contacto con familiares del fallecido y con los posibles testigos del suceso.
Hasta el momento no hubo detenciones y de todo lo actuado se dio cuenta al fiscal de Homicidios en turno.
Fuente: El Litoral