Aunque el Día de la Salud Mental en Argentina se instituyó en 2014 con la sanción de la ley 26.959, no fue hasta la pandemia que el concepto se viralizó y se consolidó en la agenda pública. El confinamiento y sus efectos negativos sobre la sociedad obligaron a visibilizar la temática y a reflexionar sobre la importancia del bienestar emocional.
La pandemia de COVID-19 se convirtió en un hito histórico que potenció la conciencia social sobre la salud mental, impulsó la adopción de la virtualidad como alternativa terapéutica, reavivó la lucha por el reconocimiento de la psicología como actividad esencial y permitió avanzar en la reducción del estigma asociado a buscar ayuda profesional.
Sin embargo, todavía persisten resistencias, preocupaciones por el intrusismo profesional y desafíos para garantizar la accesibilidad a los servicios, en un contexto donde la ansiedad y la depresión se consolidan como los malestares predominantes en Santa Fe y en el mundo.
“El confinamiento mostró la importancia de los espacios terapéuticos y de la atención profesional. La virtualidad permitió mantener los vínculos con los pacientes, aunque nunca reemplazó la presencialidad. Además, evidenció la necesidad de contar con profesionales idóneos y de derribar prejuicios sobre quiénes deben recibir terapia”, explicó Victoria Castro, presidenta del Colegio de Psicólogos de Santa Fe.
Castro señala que los jóvenes presentan menos resistencias a buscar apoyo psicológico, mientras que en generaciones mayores persiste la percepción de que la terapia es “solo para locos”. “Todavía debemos trabajar para derribar ese prejuicio y consolidar la idea de que la salud mental es un derecho y un bien común”, sostuvo.
Intrusismo y acceso a la atención
La presidenta del Colegio advierte sobre el intrusismo profesional y la proliferación de soluciones rápidas sin respaldo académico, que pueden ser dañinas para la salud mental.
También destaca que la situación económica limita el acceso a la terapia, ya que muchas personas reducen la frecuencia de consultas por cuestiones financieras. “Es necesario garantizar la presencia de profesionales en el sistema público para asegurar que todos puedan acceder a un abordaje profesional, ético y eficaz”, remarcó.
Malestares predominantes en Santa Fe
En sintonía con las tendencias mundiales, entre los principales cuadros que se abordan en los consultorios de los profesionales santafesinos la ansiedad y depresión encabezan la demanda, cuadros que se profundizaron durante la pandemia y que están influenciados por la incertidumbre laboral, económica y habitacional.
Castro enfatiza que la atención a la salud mental debe ser colectiva y comunitaria, considerando tanto el bienestar individual como el social.
Desde el Colegio invitan a la población a buscar ayuda profesional matriculada y a considerar la terapia como una inversión en bienestar. “Acudir a un profesional garantiza un abordaje idóneo y ético, con respaldo institucional, fundamental para cuidar nuestra salud emocional y sostener nuestro equilibrio”, concluyó Castro.
Con información de Aire de Santa Fe

